Esta tarde ha tenido lugar una nueva peregrinación arciprestal con motivo del año jubilar y ha sido el turno del arciprestazgo de la Santa Cruz. Alrededor de un centenar de fieles han asistido a la celebración, que comenzaba en la parroquia del Santísimo Cristo, desde donde se caminó en procesión hasta la S.I.B. Catedral, donde se celebró la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, D. Arturo Ros.
El arcipreste de la Santa Cruz, D. Elías Hoyal, con el que conversamos antes de la celebración, se mostró «alegre y esperanzado por estar esta tarde aquí. Hemos compartido un encuentro en el seminario diocesano por la mañana y ahora con toda la alegría viviremos la Eucaristía».
La procesión es un símbolo de peregrinación física, pero ante todo espiritual. Cada uno de los fieles que a lo largo de este año han peregrinado hasta la Catedral han completado un camino culminado con esta celebración, que aporta la fuerza necesaria para proseguir la labor que cada uno de ellos realiza en sus parroquias y comunidades.
El Evangelio de este domingo (Lucas 16, 19-31) ha sido analizado por D. Arturo en su homilía. En él se recoge el precioso relato de Lázaro y el rico. Precioso por todo lo que aporta y puede enseñarnos para nuestra vida. Tal y como confirmó nuestro Obispo, «se trata de una continuidad del Evangelio del pasado domingo (Lucas 16, 1-13); es una parábola de contraste que requiere una lectura profunda porque lo que el Maestro quiere hacernos ver es lo bueno para nuestra vida».
Sobre la riqueza y la pobreza, contextualizó y realizó una aplicación para nuestra vida: «El hombre rico siempre quiere más, no es capaz de ver al pobre porque no tiene ojos para la compasión. El contraste es Lázaro, que no tiene futuro y esperanza». Continuó añadiendo que «en el tiempo de Jesús había pocos ricos y muchos pobres y Jesús consuela a los pobres y trata de hacernos ver el peligro de las riquezas».
«Hay personas que acumulan mucho en el mundo, pero que están solos y tristes. La pobreza nos hace más compasivos, caritativos y abiertos a los demás. Le pedimos al Señor que nos ayude a ser dignos y a sabernos lejos de las riquezas, que nos cierran el alma y no nos dejan ver el futuro con alegría y optimismo».
Como en cada peregrinación, aprovechó para agradecer la presencia de los fieles en la Catedral: «Gracias por estar y por resistir, por todo lo que hacéis en vuestras parroquias y comunidades; no os canséis, no os desaniméis. La fe va mucho más allá de nuestras limitaciones y posibilidades. Vamos a seguir caminando con esperanza», concluyó.
El próximo 18 de octubre, el arciprestazgo de Nuestra Señora de El Carmen será quien cierre las peregrinaciones de los trece arciprestazgos de la diócesis de este Jubileo 2025.