Concluye la peregrinación que el pasado lunes partía hacia Lourdes, encabezada por nuestro Obispo, D. Arturo. La segunda vez, de las 52 que ya acumula la Hospitalidad Diocesana de Santander, en la que participa como nuestro pastor.
Han sido 10 autobuses con 486 peregrinos, de los que un centenar enfermos, a cuyo cuidado han ido 3 médicos, 4 enfermeras y los 140 hospitalarios que los atienden, acompañan, entretienen, divierten y un largo etcétera.
La peregrinación es siempre un momento de restañar la vivencia de la fe, con la celebración diaria de la Eucaristía, de la procesión del Santísimo y el resto del Santo Rosario. También la celebración de los sacramentos de la Reconciliación, que personalmente han podido celebrar gracias a los 14 sacerdotes diocesanos que acompañaron a los peregrinos, y la Unción de Enfermos… junto al gesto del agua, junto a la fuente de la cueva de Massabielle.
Durante esta semana de Pascua han sido muchos sentimientos los que, en un particular intercambio, los peregrinos han podido dejar a los pies de María, la Virgen de Lourdes. También otros muchos los que han podido traer a casa, junto a la experiencia de reencontrarse con la Señora y con otros peregrinos que, de año en año, acuden a esta cita.
Este año ha estado marcada la peregrinación también por la triste noticia del fallecimiento del Santo Padre, el Papa Francisco, que sorprendía a todos a escasos kilometros de Cantabria. Los peregrinos han podido orar por el eterno descanso del pontífice argentino.
