D. Evaristo Arroyo Fuentes y Fray José Manuel Araica Cruz O.S.A. han sido ordenados diácono permanente y transitorio respectivamente, por nuestro Obispo, D. Arturo Ros, en una emotiva ceremonia celebrada esta mañana en la S.I.B. Catedral de Santander. Este acto se ha enmarcado en el XL Encuentro Nacional del Diaconado Permanente, que este fin de semana reúne en Santander a más de 50 diáconos permanentes llegados de toda España.
El diaconado es un ministerio profundamente ligado al servicio, y sus funciones pueden entenderse como una prolongación visible del estilo de vida de Cristo, que se hizo servidor de todos. Su tarea no se reduce a acciones puntuales dentro del templo, sino que abarca la Palabra, la liturgia y la caridad, integradas en una única misión.
El diaconado es el primer grado del sacramento del Orden en la Iglesia, al que le siguen el presbiterado y el episcopado. La ceremonia de la ordenación se ha dividido en los siguientes pasos:
1. Presentación de los candidatos
Ambos candidatos han sido presentados por D. Alejandro Castillo, rector del Seminario diocesano de Monte Corbán, que ha declarado que los candidatos son dignos, tras lo cual D. Arturo ha aceptado la elección y todos los asistentes han expresado su acción de gracias.
2. Homilía
Nuestro Obispo ha comenzado su homilía mostrando su alegría por estar reunidos en esta celebración y con una bienvenida afectuosa a todos los presentes, así como a los tres Obispos que le acompañaban en el altar: D. Jesús Pulido, Obispo de Coria-Cáceres; D. Joan Enric Vives i Sicilia, Arzobispo-Obispo emérito de Urgell y D. Manuel Sánchez Monge, Obispo emérito de nuestra diócesis de Santander.
Ha destacado la figura del Espíritu Santo como guía en nuestras vidas y al encuentro con el Señor: «Es el principio interior que nos guía y para el anuncio de la Buena Noticia son necesarios testigos creíbles. El mundo nos está pidiendo que le hablemos de Dios, nos piden el testimonio de la santidad en nuestras vidas». Ha continuado asegurando que «ante estos desafíos, la respuesta no puede ser el miedo ni el repliegue; el anuncio del Evangelio exige hoy audacia, alegría y encarnación».
Asimismo, ha afirmado que «el Anuncio, la Evangelización, es un servicio sin factura. Hay que dar gratis lo que gratuitamente hemos recibido. Hagámoslo con una mirada compasiva, comprometida y conscientes, como nos recuerda el Papa León XIV, de la acción de Dios, que se compadece ante la pobreza y debilidad de toda la humanidad».
Ha finalizado dirigiéndose directamente a los dos candidatos de este modo: «Este es el camino, dejarse llenar y conducir por el Espíritu Santo, con una vida intensa de oración y de alabanza; con el deseo de servicio y entrega, acogidos y enviados por la Santa Madre Iglesia. Pedidle al Señor generosidad para responder a su llamada y para vivirla en su totalidad, hay que arriesgarse, darle la mano a Dios y dejarse llevar». «No tengáis miedo, no estamos solos; el Espíritu Santo nos precede, nos acompaña y nos impulsa. La Virgen María, estrella de la Evangelización, nos guía con ternura. Que ella nos enseñe a decir sí, como en Nazaret, para que Cristo nazca en los corazones de nuestros contemporáneos y mostremos al mundo, sin desfallecer, la alegría del Evangelio», ha concluido.
3. Promesas de los candidatos
D. Evaristo y Fray José Manuel han manifestado ante el pueblo su voluntad de recibir este Ministerio del diaconado y han prometido imitar el ejemplo de Cristo, observar el celibato, conservar y acrecentar el espíritu de oración y celebrar la Liturgia de las Horas y guardar respeto y obediencia al Obispo, a sus sucesores y, en el caso de Fray José Manuel, también a su superior legítimo.
4. Letanía de los santos
Ambos candidatos se han tumbado frente al altar mientras se han entonado las letanías invocando la intercesión de la Iglesia celestial. Este ha sido uno de los momentos más solemnes y conmovedores de la ordenación. La Iglesia entera, en el cielo y en la tierra, intercede por quien va a recibir el sacramento del Orden. Es un acto de súplica, de humildad y de comunión.
5. Imposición de las manos
La imposición de las manos es el gesto central y esencial del sacramento del Orden. Es este momento, D. Arturo, en silencio, ha colocado sus manos sobre la cabeza de los candidatos, y mediante este signo visible ha transmitido la gracia del Espíritu Santo, que les ha constituido diáconos.
6. Plegaria de ordenación
Es el momento culminante del sacramento del Orden. Aunque la imposición de manos es el gesto esencial, es esta plegaria la que expresa explícitamente lo que Dios realiza por medio de la Iglesia: la consagración del nuevo diácono. En ella, el Obispo invoca al Espíritu Santo y define teológicamente cuál es la gracia y misión que recibe el ordenando.
7. Recepción de vestiduras diaconales
D. Evaristo y Fray José Manuel han recibido las vestiduras propias de su nuevo Orden: la estola diaconal y la dalmática.
8. Entrega del libro de los Evangelios
La entrega del libro de los Evangelios es un rito propio y exclusivo de la ordenación diaconal dentro del Sacramento del Orden.
Es el signo que expresa de forma visible y solemne la misión fundamental del diácono: ser mensajero del Evangelio, es decir, portar la Palabra de Cristo para proclamarla, vivirla y custodiarla.
9. Gesto de la paz
Con este gesto, los nuevos diáconos han sido acogidos oficialmente dentro del orden de los ministros sagrados y reconocidos como miembros del cuerpo diaconal. Es una acción profundamente eclesial que expresa unidad, comunión y fraternidad ministerial.
Este es el resumen de una emocionante ceremonia que concluyó con los discursos de los dos nuevos diáconos, en los que mostraros su agradecimiento y expresaron su felicidad por haber llegado a este momento en sus vidas. Una llamada a la que han respondido y que les ha llenado el corazón de felicidad y esperanza y que, sin duda, cambiará sus vidas para siempre.















