Nos encontramos a poco más de un mes del final de este Año Jubilar de la Esperanza y el Jubileo de esta mañana ha representado un broche de oro a las peregrinaciones jubilares que a lo largo de este 2025 han llegado hasta la S.I.B. Catedral de Santander. Se trata del Jubileo de las Familias, organizado por la Delegación diocesana de Familia y Vida, cuyo equipo ha impreso en el resultado el cariño y la dedicación con la que ha preparado el evento.
La celebración ha comenzado en la plaza de la Catedral, donde cientos de personas han escuchado el rito y la oración inicial antes de peregrinar recorriendo el claustro del templo hasta su interior. Uno de los últimos recorridos por este lugar este año; un signo que se ha repetido en cada una de las peregrinaciones y que simboliza ese caminar físico y espiritual, camino de renovación.
El aforo de la Catedral, prácticamente al completo, fue ya desde el inicio uno de los síntomas del éxito de una jornada que ha convocado a decenas de familias de nuestra diócesis. En la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo, D. Arturo, han participado miembros de la delegación, que se han mostrado en todo momento emocionados por poder ser parte de esta celebración.
Tras la lectura del Evangelio de este domingo (Lucas 21, 5-19) y en su homilía, D. Arturo ha agradecido a las familias y asistentes su presencia y participación en este jubileo. Ha aludido al Evangelio y ha utilizado dos términos clave de este: «Mientras llega el futuro, la gloria, el Evangelio nos dice qué hacer: Ser testimonio y perseverar para sembrar esperanza». Ha pedido también que los matrimonios y las familias sean testigos de esta esperanza: «¡Benditas familias! Le decimos al mundo que la familia nos hace feliz y creemos en ella a través de nuestro testimonio sonriente y feliz».
Ha pedido que seamos «perseverantes ante las dificultades y las pruebas. Es una suerte tener ha la familia cerca, disfrutadlo». Ha concluido afirmando que «el mejor compromiso de esta mañana en este jubileo es que la familia es presente y futuro. Dad gracias a Dios por el regalo de la familia y cuidadla mucho».
Tras finalizar la Eucaristía y antes de la bendición, varios miembros de la delegación han armado un arco cargado de signos representativos de la Iglesia y de este año de la esperanza: Creer, perdonar; peregrinar, esperar; amar, orar; celebrar y comulgar. Todos ellos coronados por la familia como representante de la Iglesia doméstica y por la esperanza. La celebración ha finalizado con un aperitivo en el claustro de la Catedral.
En definitiva, esta celebración ha supuesto una oportunidad cumplida para reunirnos y celebrar la esperanza, auténtica protagonista de este 2025 y también en este domingo. Un éxito de convocatoria en esta celebración, en la que se ha respirado un ambiente fraterno y que pone esa guinda a las peregrinaciones jubilares de este año de la esperanza.
