La Delegación de Enseñanza celebró esta mañana la Eucaristía, de Inicio de Curso 2025-2026, en el Seminario Diocesano de Monte Corbán. El acto litúrgico, que reunió a profesores, educadores y miembros de la comunidad diocesana, sirvió para encomendar a Dios el nuevo periodo escolar y la «apasionante y responsable tarea» de la educación.
Envío a la misión por parte del obispo don Arturo
Durante la ceremonia, se destacó que la Eucaristía es un cauce privilegiado para vivir la fe y sentirse Iglesia.
Un momento muy significativo fue la recepción de la misión que el Obispo de Santander, Mons. Arturo Ros Murgadas, encarga a los nuevos profesores de Religión de este curso y que significa por medio de un escrito: la Missio Canonica. Esta misión fue entregada por medio del Vicario de Evangelización, don Óscar Lavín Aja, quien presidió la Eucaristía.
Durante la ceremonia, se puso en valor “la misión de anunciar a Jesucristo con la vida de trabajo y la labor educativa, dando testimonio con palabras y hechos de la fe”., recalcando la necesidad de sentir la vocación a ello y de redescubrirla y renovarla constantemente.
Se hizo hincapié en el compromiso de servir a las familias que eligen libremente el modelo educativo y la formación moral para sus hijos, contribuyendo a una sociedad más libre que respeta el derecho que asiste a esas familias.
Entrega de la Missio Canoníca
En un momento emotivo de la celebración, se realizó la entrega de la Missio Canonica a varias maestras, confirmándolas en la fe que profesan y transmiten. En la entrega se recordó que los educadores cristianos están «llamados al servicio a los niños, jóvenes y adultos» y son «enviados a evangelizar a las escuelas», siendo «transmisores de su mensaje y sembradores de esperanza».
Mensaje de Esperanza y Compromiso
Finalmente, la comunidad pidió a Dios por todos los docentes cristianos, para que estos hagan visible su Reino desde la educación y la cultura, siendo reflejo del Dios al que se anuncia “buscando la verdad, la belleza y el bien”.
La celebración concluyó con la encomienda a la Virgen María Bien Aparecida, pidiendo su ayuda e intercesión para revitalizar el compromiso de los educadores cristianos.