En Pentecostés celebramos la venida del Espíritu Santo, el nacimiento de la Iglesia, el día de la Acción Católica y el día del Apostolado Seglar. Marca el fin del tiempo litúrgico de Pascua. La Vigilia de Pentecostés del pasado sábado 18 de mayo en la Catedral de Santander, puso un acento festivo para el encuentro de fieles de toda la geografía diocesana: de Santander, pero también de Torrelavega, Reinosa, Cabezón de la Sal, Bezana, Camargo entre otras localidades.

Un gran número de fieles participaron en esta celebración de la Vigilia de Pentecostés, este año organizada bajo el lema «EN TI».

La delegada de apostolado seglar, Carmen González Fernández nos explicó que el lema quiere subrayar que el Espíritu Santo está con nosotros, lo tenemos dentro para ayudarnos a hacer nuestra misión en el mundo.

Pentecostés no solo es un día de fiesta para el apostolado seglar, a la Catedral también acudieron consagrados, consagradas y presbíteros. Esto es, según Carmen, porque el Espíritu se derrama sobre todos y porque somos Iglesia sinodal.

Destacar que esta vigilia ha sido fruto del trabajo de varias delegaciones. De hecho, entre los participantes, podíamos ver a miembros de la pastoral de juventud, de enseñanza, de familia y vida…

El trabajo de todos ha dado como resultado una oración dinámica en la que todas las vocaciones han sido protagonistas, así como se ha tenido presente todas las edades. A lo largo de la vigilia participaron desde niños hasta la tercera edad.

Una vigilia presidida por D. Arturo, nuestro obispo, acompañado del Vicario General y Deán de la Catedral, D. Álvaro Asensio Sagastizabal, D. Ricardo Alvarado del Río, recién nombrado Vicario episcopal para la Acción Caritativa y Social, y D. Óscar Lavín Aja, recién nombrado Vicario episcopal para la Evangelización, así como de otros sacerdotes del arciprestazgo del centro de la ciudad.

Para D. Arturo ante el Espíritu Santo tenemos que tener una actitud receptiva. «No podemos forzar. Se nos regala para que nos acompañe, para que nos recuerde, para que nos renueve, para que nos oriente, para que nos conduzca, para que nos llene de vida. El Espíritu Santo es señor y dador de vida. Por eso anhelamos su presencia y rezamos constantemente ‘Ven Espíritu Santo'».

Nuestro prelado también recordó esas bellas palabras del Papa Francisco en Evangelii Gaudium «Dejemos que el Espíritu nos lleve a donde Él quiera».

D. Arturo finalizó su homilía deseando que el Espíritu Santo nos queme por dentro: «El fuego del amor que nos renueva, nos impulsa a vivir como discípulos en el seno de la Iglesia, anunciando la buena noticia del Evangelio.»